"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Inclusión laboral
COCEMFE y el empleo
El difícil trabajo de buscar trabajo
28/06/2013
Blanca Abella
COCEMFE en los últimos cinco años ha gestionado una media anual de 6.500 ofertas de empleo y ha logrado un promedio de 4.300 contrataciones. Todo ello, contando con que en los dos últimos años se ha producido un descenso significativo en el número de ofertas realizadas por las empresas debido a la crisis económica. A pesar de eso, la contratación en estos dos años sólo ha descendido en torno al 5.3 por ciento. Este descenso no es tan significativo si se tiene en cuenta la desaparición o ralentización de las políticas activas de empleo y con ello de los recursos disponibles en muchas comunidades autónomas.
Los resultados de COCEMFE en materia de empleo han sido espectaculares durante unos cuantos años, hasta que se topó con la crisis. A pesar de todo, en COCEMFE han mantenido cifras dignas de empleo gracias a muchos factores, entre otros, la fidelización de las empresas, la imbricación en el territorio, y el recorrido y experiencia profesional de los servicios de intermediación laboral.
COCEMFE cuenta con un Área de Formación y Empleo en el que trabajan 10 personas (entre personal técnico y administrativo) pero lo importante es que la red que COCEMFE ha extendido por todo el territorio español consta ya de más de 80 Servicios de Intermediación Laboral, de los que 29 son Agencias de Colocación, y sus entidades cuentan con más de 60 Centros Especiales de Empleo que dan empleo a más de 3.700 trabajadores.
Servicios de Intermediación Laboral
La unidad base de la política de empleo de COCEMFE son los Servicios de Intermediación Laboral, que actúan en el entorno local cercano, trabajando en red con todos los servicios que hay en la zona o la localidad y que se coordinan en el ámbito autonómico. A raíz de ese trabajo se van logrando bases de datos comunes y se intenta aunar en lo máximo toda la acción en torno al empleo.
La política de COCEMFE ha consistido, según explica el director del área, en ir promoviendo estos servicios de intermediación laboral primero desde los servicios centrales con los programas experimentales de empleo, las políticas de los planes nacionales de empleo que contemplan los servicios de intermediación laboral: “Primero los íbamos poniendo en marcha nosotros en toda España, pero conforme se fueron descentralizando todas las competencias de empleo, nosotros también fuimos descentralizándolas y pasaron a depender de las entidades locales”.
Los SIL están formados por dos tipos de profesionales, siempre que los recursos los permitan. Uno de ellos es el orientador laboral, que es la persona que trabaja con los usuarios en búsqueda activa de empleo, habilidades y alfabetización tecnológica.
Y el otro es el promotor laboral (si hay pocos recursos una sola persona asume ambos trabajos, aunque es preferible que no sea así) que se dedica a trabajar con las empresas, hacer la prospección, ofertas, informar a empresas, fomentar la RSC, hacer la intermediación, el ajuste del perfil y el puesto de trabajo.
Juan García Olmo, responsable del Área de Formación y Empleo de COCEMFE, describe así la situación actual: “Tenemos una sensación muy agridulce, hemos aprendido mucho y hemos puesto en marcha una gran cantidad de servicios de intermediación laboral, hemos atendido a un muchas personas, pero a mediados de 2011 se cayeron todas las políticas activas de empleo, que son las que mayoritariamente financiaban a los técnicos de nuestros servicios, y nos vamos manteniendo, todavía tenemos un número significativo, es decir aún tenemos 80 servicios de intermediación laboral, de los que 29 son agencias de colocación, todavía hay una red pero un poco debilitada por la situación externa”.
En el área central de empleo de COCEMFE coordinan todos los servicios de intermediación laboral, pero el trabajo del día a día está en manos de cada una de las entidades porque las competencias están en el ámbito autonómico. En la central sólo gestionan programas de empleo pilotos que luego han de aplicar las entidades, pero también ofrecen servicios de formación y hacen estudios de nuevos yacimientos de empleo, o de las profesiones más demandadas, contactan con empresas, promocionan la autonomía de las personas con discapacidad y fomentan el uso de las nuevas tecnologías: “Desde los servicios centrales hemos puesto en marcha programas de formación tecnológica, y además de los programas básicos de ordenador, nos hemos centrado mucho en utilizar los dispositivos de última generación para la búsqueda de empleo, es decir aprender a utilizar los ‘tablet’, los teléfonos de última generación, acceder a las súper bases de datos de empleo en Internet, hacer un curriculum virtual o un videocurriculum. Son tecnologías mucho más amigables que ponerte hoy en día a aprender el Word o Excel, que si lo necesitas deberías ir a un curso de formación ocupacional específico. Hemos fomentado esa otra tecnología porque le da mucha autonomía a la persona”, explica Juan García Olmo.
Nuevos frentes de trabajo
Aunque existe una línea común y una metodología de trabajo en COCEMFE, también elaboran otros proyectos, tal y como explica Belén García Santos, técnica de Empleo del Área de Formación y Empleo de COCEMFE: “Se trata de proyectos específicos para colectivos en los que detectamos necesidades particulares. Los más destacados en los últimos años han sido el ámbito rural, donde detectamos que no llegan los servicios de las asociaciones de la discapacidad, y de ahí que la metodología cambie en estos casos, llevando incluso los recursos al domicilio de la persona; recursos como la alfabetización tecnológica, poniéndoles un ordenador o línea ADSL en su casa; y muchos proyectos específicos para mujeres, porque también ahí hemos detectado una necesidad de intervención más allá del colectivo general, porque había menos inserciones entre mujeres que entre hombre, y sobre todo en mujeres con grandes discapacidades; y últimamente estamos haciendo también proyectos de autoempleo porque hemos detectado ahí una salida, la hemos adaptado a los nuevos tiempos”.
El ámbito rural, la mujer, los jóvenes y las personas entre los 45 y los 65 años son los frentes que ahora necesitan mayor atención desde el área de empleo y formación de COCEMFE.
En el ámbito rural se ha dejado sentir la crisis con especial virulencia. “El ámbito rural es el que más barreras de accesibilidad tiene para acceder a todo tipo de recursos. No le afectan sólo las medidas relativas al empleo, sino los recortes que se hacen por ejemplo en el transporte adaptado, o la reducción de ayudas… “, afirma Juan García Olmo.
Y la desaparición de los recursos provoca a su vez la desaparición de las propias entidades, al menos de las más pequeñas. “La falta de financiación en el ámbito local o municipal y autonómico es bestial”, asegura el responsable de Empleo de COCEMFE, “ahí no ha habido recortes, han desaparecido programas enteros”, sentencia.
Por su parte, Belén García Santos explica que hace unos años, ya una década, en COCEMFE tenían que buscar a demandantes de empleo y “tirar de ellos”. Ahora la dinámica ha cambiado: “Ha habido una vuelta radical y ahora tenemos muchísimas demanda de personas en desempleo con discapacidad que ya conocen los recursos. Antes había que hacer sesiones de captación a través de las asociaciones para poder tener una bolsa de empleo y ahora lo seguimos haciendo para llegar a la gente que todavía no nos conoce, pero paralelamente vienen muchísimas personas a demandar nuestros servicios, y además, nos hemos convertido en un recurso más del entorno porque ya nos derivan los servicios sociales, el servicio público de empleo, otras asociaciones, y desde luego, las propias personas con discapacidad son cada vez más autónomas”.
Uno de los principales retos se plantea a la hora de colaborar con las personas de entre 45 y 65 años, tal y como explica Juan García Olmo: “Suponen la mitad de los demandantes de empleo que tenemos en COCEMFE, una franja muy difícil para encontrar empleo y con más dificultades también para la formación. Además tenemos gente que hasta hace poco se sentía segura con la pensión contributiva y ahora están volviendo a buscar empleo; nos encontramos con mujeres que no han trabajado nunca, con personas mayores que han trabajado muy poco…”
Para Belén García es un frente a tener muy en cuenta: “El reto con el que nos encontramos ahora también es el reciclaje profesional de estas personas mayores de 45, que a lo mejor tienen una IPT (Incapacidad Permanente Total) para un determinado trabajo y vienen a nuestros servicios y necesitan reciclarse, y esa es una gran dificultad y son necesarios muchos recursos y romper barreras, como ocurre con las nuevas tecnologías. Estas personas tienen más dificultad para las nuevas tecnologías, que están presenten a menudo en las nuevas profesiones, y necesitan bastante atención y bastantes recursos”.
La novedad del autoempleo y las empresas fieles
Actualmente COCEMFE mantiene dos líneas de trabajo importantes, además de todo lo que llevan haciendo desde hace años, se trata del impulso del autoempleo y la fidelización de las grandes empresas.
En el autoempleo hay un ecosistema importante de apoyo cuando alguien tiene una idea, asegura el responsable de Empleo de COCEMFE: “Hay un montón de recursos locales que apoyan a esa persona que quiere montar el negocio, hasta llegar a la parte de financiación donde hay muy poco o nada. Nuestra gente no se planteaba en ninguno de los casos la posibilidad de ser emprendedor. En esta primera experiencia nos hemos centrado en gente que nunca se había planteado el autoempleo, y le llamamos ‘Otra opción es posible’. Son unas cinco sesiones de motivación, donde nos centramos en no crear expectativas falsas y siendo prudentes les explicamos las opciones que pueden tener, sabiendo que es algo difícil y para lo que hay que tener una serie de habilidades o recursos; y luego un par de sesiones con información más técnica sobre lo que hace falta para poner en marcha una idea, un plan de viabilidad y los recursos”.
Este programa de motivación al autoempleo lo experimentan ahora en Madrid, en las zonas de Getafe y Fuenlabrada, y más adelante lo transferirán a los otros centros.
Y por otro lado, continúa el duro trabajo de contactar con las empresas, cada vez más afectadas también por la crisis, aunque también están cada vez más concienciadas, como explica Juan García Olmo: “La receptividad ha cambiado, antes los estereotipos pesaban mucho, y ahí las grandes empresas han dado un paso importante y quieren ser socialmente más justas, y arrastran también el ambiente general. La visión de las empresas es más abierta, se ha avanzado mucho, pero también es verdad que ahora todo está en riesgo. O se activa el empleo rápidamente o en el camino se queda mucha gente, y da mucha pena que lo que ha costado un montón de años levantar se caiga como un castillo de naipes en seguida”.
Belén García Santos entiende que el trabajo es más difícil dada la situación, pero reconoce la fidelidad de los de siempre: “Las empresas grandes que ya colaboraban con nosotros y tienen políticas de RSC muy activas sí mantienen las ofertas, pero es difícil captar nuevas empresas porque se organizan con los trabajadores que tienen”.
Así es, tal y como explica el responsable del Área de Empleo: “Las empresas están mucho más abiertas a entender la inclusión y abrir las puertas, pero el mensaje general es que no tienen hueco. Una gran parte o la mayoría de las ofertas las captamos a través de las empresas fidelizadas y otro dato que tenemos es que las empresas grandes están amortizando puestos de trabajo con sus trabajadores, es decir, como tienen más trabajadores disponibles y capacidad de reorganización, pues amortizan puestos; la mayoría de las ofertas vienen de medianas y pequeñas empresas. Nosotros hemos trabajado mucho la pequeña y la mediana empresa, porque como trabajamos mucho en el entorno local, es lo más cercano, más fácil”.
Crisis, crisis, crisis
Al final todo se estrella contra un mismo muro, un único culpable, o casi, la crisis. “Nos encontramos con muchas dificultades para mantener la financiación y estamos esperando a ver si se reactivan las políticas activas, que parece que ya sólo falta el empujón final …”, afirma Juan García Olmo. “Intentamos ampliar todas las fuentes de financiación, pero también son cada vez más escasas y hay más competencia. Si desaparece lo público, desaparecen las obras sociales y sólo queda la RSC de las grandes empresas, y ahí hay una competencia feroz de todas las entidades de distintos colectivos... Además, las mismas empresas de RSC están también reorientando y focalizando su acción”, explica.
“Nos encontramos con la competencia de otros sectores que están igual de mal que nosotros, como pueden ser los jóvenes, o las personas mayores de 45 años… que se han convertido también en población con riesgo de exclusión, y ante esta competencia, siempre saldrán mejor paradas las personas que están más normalizadas y las entidades con más recursos”.
A pesar de todo, COCEMFE es una entidad fuerte y dispone aún de muchos activos, como explica García Olmo: “Tenemos la garantía del trabajo que ya hemos hecho, de que lo sabemos hacer y lo hemos hecho durante mucho tiempo. Creo que todas las entidades de la discapacidad hemos dado un salto importantísimo en la mejora de los niveles de formación, de derechos, de accesibilidad, de apoyos, o sea, que el ecosistema de apoyo a las personas con discapacidad ha crecido mucho en los últimos años. Además, en COCEMFE contamos con el respaldo de una confederación estatal y asociaciones fuertes con mucha historia que nos mantienen todavía, y nos vamos manteniendo, y en una situación como la actual, la verdad es que es una gran conquista”.